SAN JERÓNIMO DE TUNAN
UBICACIÓN Y EXTENSIÓN
El
distrito de San Jerónimo de Tunan, se encuentra ubicado a 16 Kilómetros de
distancia al norte de la ciudad de Huancayo, surcando por una autopista
(Carretera Central), en la margen izquierda del Rio Mantaro en el majestuoso
Valle de los Wankas, en la Sierra Central de la nación Wanka.
HISTORIA:
La historia de San Jerónimo
está diseminada a lo largo de las faldas de sus cerros, a través de la
remembranza imborrable de su gente.
En los períodos lejanos, San
Jerónimo se llamaba Cunimal Purun Llacta pero con la llegada de los hispánicos
a nuestro país; el virrey, ordenó que civilizaran muchas regiones. Dispuso y
ordenó soldados para que viajen a la comarca , después de meses de larga
caminata con apetencia y frío, alcanzaron el pueblo deseado . La noticia fue
reconfortante, atractiva y inmediato dieron aviso a su superior.
El virrey envió a un sacerdote
para que civilizara la zona. El pueblo estaba sintiendo algunos intercambios
culturales; inesperadamente surgió una epidemia llamada Juan Gartilla y María
Pichanilla que significaba:"Escoba que barría toda la casa" cuya
enfermedad mataba a niños y viejos, además un raro padecimiento daba el pase al
más allá a los varones. Eso hizo que las mujeres se sintieran solas y tenían
que salir a buscar esposos a lugares como Trita, Lamud y otros
Con el transitar de los años
esta aldea nuevamente fue víctima de otra enfermedad conocida como Ave Mágica ,
enigmática. Aparecía en el chorro de agua del pueblo, ubicado en la esquina de
una rudimentaria plaza, los niños corrían tras la seductora ave; entonces,
quedaban atrapados por sus misterios y desaparecían ante la impotencia
inexplicable de padres y comuneros.
La fatalidad expandida
desesperó, en aquel momento decidieron cambiar de residencia, una acongojada
reunión decidió que el nuevo terreno sea Llapinche pero a pesar de algunas
bonanzas, no se sintieron muy bien y mudaron para Bujamal . Ahí con sacrificio
levantaron su Capilla como muestra de religiosidad.
Todas sus cosas empezaron a
recoger de Llapinche y colocar en su nueva casa: santos pequeños, campanas,
adornos y todo cuanto era necesario. Cuando traían la campana mayor decidieron
descansar a media bajada por el mucho peso que tenía, pero mientras chacchaban
y conversaban entre añoranzas y rizas el pasado. La campana en un cerrar y
abrir de ojos desapareció.
La tarea final y más difícil
era trasladar a su santo patrón, San Jerónimo, en acto nunca visto en los
comuneros, empezaron a descender con su patrono al compás de música,
esplendores, danza llamada pallas que sólo bailaban las mujeres vírgenes. A
media bajada, en una pequeña colina, llamado Ciccipata los cargueros decidieron
reposar y así el día siguiente continuar su marcha. Al reiniciar el traslado,
el asombro era magnánimo, al querer levantar las andas era imposible. Había
cambiado su peso y los hombres no podían alzarlo, después de tantos bríos,
diálogos, tristezas y supersticiones, entendieron la verdadera decisión de su
santo. El quería quedarse allí. Decidieron formar un nuevo pueblo. Su nombre, el
mismo de su santo patrón, San Jerónimo.
Cuando el poblado avanzaba en
un proceso de desarrollo, cierto grupo empezó a desobedecer al sacerdote, lo
humillaban, maltrataban en diferentes formas. El sacerdote resentido para
siempre, cantó una misa de maldición en la misma iglesia y limpió sus pies en
el umbral .La gente por muchos años creyó que el retrazo del pueblo se debía a
esa maldición; sin embargo, poco a poco fue liberándose de esa superstición y
perfilándose, San Jerónimo, como uno de los pueblos más prósperos de la
provincia de Bongará. Con su gente organizada, progresista y humanitaria,
reconocido a nivel regional, nacional e internacional.
Su reconocimiento oficial de
San Jerónimo comenzó cuando Juan Llanca y sus dieciocho indios ocupaban gran parte
de la comunidad, eran los años de l598 y l602.